Por Christian Godoy, Mackarena Altamirano y Cristian Mena

Lollapalooza Chile 2015 ya es historia, pero de esas para contar varias veces y de distintos ángulos. Porque este festival es más que música, es un concepto que refleja en parte en qué estamos, con qué nos emocionamos y a qué nos estamos abriendo.

Ver también: Charly Alberti y el mundo en que vivimos: "Nos corresponde a nosotros solucionar esto de manera inmediata"

Desde instalarse con anticipación para ver tus bandas favoritas (o ir a otros recomendados o que sólo te tincan por el nombre), pasando por propuestas de grandes marcas junto a "pymes" que buscan sorprenderte, hasta conocer iniciativas sociales y medioambientales que pretenden mejorar parte de nuestra vida cotidiana con ideas tan sencillas como extraordinarias.

De eso se trata este resumen, de dar una vuelta en 360° de las jornadas del sábado 14 y domingo 15 de marzo para ver la puesta en valor de la 5ta versión de Lollapalooza. De lo práctico a lo que perdurará como experiencia cultural de consumo masivo.

Lo bueno:

- Accesos expeditos en el ingreso. Sin filas, con fluidez. Algo tan simple, pero tan importante: un buen inicio. Un mero trámite. 2 pasos y a la papa.

- Familias completas disfrutando de los shows, sobre todo de la electrónica. Niños a los hombros, adolescentes en grupetes, jóvenes y no tan jóvenes moviendo mucho más que la patita. Definitivamente el "punchi-punchi" fue la reina de la fiesta, sino pregúntenle a Skrillex y Calvin Harris que transformaron el Parque O'Higgins en una discotheque bajo esa bola de espejos que era el cielo estrellado. Todo un acierto sacar este estilo del Arena a los escenarios más grandes, demostrando que este festival es transversal y para todos los gustos y edades.

- El público respondió pese a que habían pocos artistas consagrados. Fue un Lolla más experimental y electrónico, pese a tener al gran Robert Plant, el único de gran peso, ya que ni Jack White ni King of Leon abarcaron los principales comentarios del público y de quien lo vio por TV.

- Huella de carbono neutral y Aldea Verde. Que sea un festival verde (y único en su tipo en Latinoamérica) hace que la gente tome conciencia y se espera que esos conceptos se los lleven a su diario vivir. Esa es la idea, reforzada por el corazón de la Aldea Verde y un invitado de honor ad hoc: Charly Alberti, ex baterista de Soda Stereo, hoy activista de R21, su propia fundación de consciencia ambiental. Mención especial para la agrupación Abandonados, organización que recoge y cuida perros de la calle para luego buscarles una familia que los acoja.

- Espacios para Pymes y propuestas alternativas. Los denominados "puestos verdes", de venta de ropa alternativa e inscripción a cruzadas mundiales fueron más llamativas que las de las marcas, eso se agradece, ya que muestra un festival multicultural.

Lo mejorable:

- Pocos lugares con sombra. Como dijeron varios asistentes, si sabían que habría calor extremo, debieron habilitar lugares que cubrieran del sol. Estamos en un parque, pero los árboles no son tantos para el volumen de público, por lo que espacios con carpas se echaron de menos.  

- Show regular de Jack White y Kings of Leon. Pese a ser los "cabezas de cartel", mostraron un show "parejito", sin sobresaltos ni sorpresas. Los "electrónicos" Calvin Harris y Skrillex se llevaron todas las loas, además de Robert Plant.

- Lenguaje de señas más visible. Que Lollapalooza esté por la inclusión es una gran cosa, la cual podría destacarse más y en pantalla gigante. Así facilita la visión a las personas que lo necesitan, sin tener que avanzar hasta el lado del escenario. Y, de paso, permite a la mayoría aprender más de este especial "idioma".

- Afinar sistema de fichas y Redcompra. Para muchos resultó confuso o poco práctivo la dinámica de fichas: Había que desplazarse a un lugar a adquirirlas y después moverse a otro para los stands de venta. Es decir, doble fila, más tiempo de espera, menos música. Como para evaluar contar con ambas alternativas, al menos en los locales más grandes como en Arena.

- Más opciones de comidas vegentarianas y veganas. Un festival con apertura a la conciencia social, ambiental y animal, debe entender que muchas veces va asociado a un estilo de vida que considera una forma diferente de alimentarse.   

Desafíos 2016:

- Grupos y artistas con cara de cartel. Existen bandas que perfectamente podrían abarcar la "onda Lolla" como Radiohead, Depeche Mode, Alice in Chains e inclusive pesos pesados del pop como Justin Timberlake y Pharrell Williams. Cualquier de los mencionados perfectamente podrían levantar una fecha del festival.

- Bandas y cantantes nacionales en mejores escenarios. Ana Tijoux tiró el palo: "Le moleste a quien le moleste, basta de separar a los artistas nacionales de los internacionales. Todos somos músicos, eso es lo que importa", expresó. Si el artista nacional lo amerita, habría que considerarlo. La multi-nominada al Grammy bien podría haber estado en un escenario de mayor envergadura y para qué decir Jorge González, ex Los Prisioneros con una veintena de hits y que originalmente se presentaría en su lugar.

- Superar sus 5 versiones anteriores. Con cientos de artistas desfilando por sus escenarios, cada año es más complicado traerlos. La preocupación es que la selección no decaiga, y haya balance entre consagrados y experimentales, pues tener un evento de estas características en nuestro país es un lujo.

Y a ti, ¿qué te pareció lo bueno y lo mejorable de Lollapalooza?, ¿a quienes quisieras ver el 2016?