Los discos que no atreves a escuchar: Neutral Milk Hotel – In the Aeroplane Over the Sea (1998)

Los discos que no atreves a escuchar: Neutral Milk Hotel – In the Aeroplane Over the Sea (1998)

26 Mayo 2010

En todo movimiento hay una génesis y Neutral Milk Hotel es parte fundamental de la historia indie rock. De hecho, los muchachos de Arcade Fire y Brand New, tienen una "deuda" con esta banda.

Iván Ávila >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Durante la última década, no ha sido nada de despreciable la andanada de bandas gringas circunscritas bajo el rótulo de indie rock. Desde influencias del hard o el heavy hasta el folk de protesta de los años 60, los lolitos de Estados Unidos, con puntos altos y destacados y otros que vale la pena olvidar, han remecido el ambiente under con toda clase de propuestas. 

Pero en todo movimiento hay una génesis y Neutral Milk Hotel es parte fundamental de la historia indie rock. De hecho, los muchachos de Arcade Fire y Brand New, entre muchos otros, tienen una deuda impaga con Jeff Mangum y esta banda seminal del indie estadounidense. 

Mangum fue la voz y el cerebro detrás del proyecto Neutral Milk Hotel que sólo alcanzó a sacar un EP y dos discos que ya son de culto y valorados por todos los fanáticos como parte fundamental de la historia reciente del rock. La banda se reúne en 1989, pero recién seis años después graban su primer disco, On Avery Island

Formaban parte de una productora que más bien parecía una comunidad hippie, The Elephant 6, en donde sus integrantes pasaban de una banda a otra de acuerdo a las necesidades de cada conjunto. 

De ahí, Mangum sacó a los músicos que formaron parte de este efímero pero pionero proyecto: Jeremy Barnes, Scott Spillane, Julian Koster y Robert Schneider. Estos son los personajes que están detrás de esa extraña obra maestra llamada In the Aeroplane Over the Sea, el segundo y último disco de Neutral Milk Hotel

Publicado en 1998, por momentos, parece haber sido producido a fines de los 60. Algunas de sus letras nos retrotraen a la más pura sicodelia de la época, así como también el uso correcto y constante de las guitarras acústicas como base rítmica que recorren los 11 temas de este disco. 

Desde el melódico inicio de The King of Carrot Flowers Part I en adelante, el oyente comienza palpa las influencias del folk de los sesenta que se entrelazan con facilidad al sonido noise de Sonic Youth y Minutemen, con toques medidos y hasta elegantes de post punk, sonido que vemos reflejado magníficamente en la segunda parte de la pequeña suite de The King of Carrot Flowers

El sonido plácido de los sesenta mezclado con el noise vuelve a aparecer con melódica potencia en el tema que da nombre al disco y en donde los bronces comienzan a tener protagonismo, trabajo de vientos que no deja de recordar a algunos de los grandes discos independientes y progresivos de los setenta.  

Two Headed Boy nos recrea un paisaje musical que necesariamente, nos lleva a rememorar los mejores momentos de Nick Drake. Una letra poderosa y el sonido crudo de la guitarra acústica nos congelan en nuestros asientos mientras el minutaje del tema corre con triste lentitud. 

A estas alturas, incluso hay pasajes que podemos relacionar directamente con el post y el math rock, en especial cuando somos sorprendidos por el sonido de la marcha titulada The Fool, pieza que nos abre lo que podríamos llamar la segunda parte del disco, que comienza con Holland, 1945, una nueva muestra de la facilidad con que NMH es capaz de mezclar lo más granado del noise y el post punk con las influencias sesenteras que arrastran en cada una de sus composiciones. 

Communist Daughter es una pieza noise por donde se le mire, otra vez con retazos de post rock en cada una de sus notas y abre paso a la colosal suite del disco, Oh Comely, cuyos acordes iniciales nos recuerdan inevitablemente el sonido de protesta de los sesenta, aunque sus lyrics son crudas y crueles como pocas, aunque notablemente bien construidas. 

El implícito tono desgarrador de los primeros minutos lentamente comienza a tomarse la atmósfera oscura de la canción, convirtiéndola en un épico de características turbias y noctámbulas. 

En seguida, otro manjar, Ghost, un temazo breve pero en el que percibimos el origen de muchos de los sonidos que caracterizan al indie rock actual y que junto a Untitled, forma una sola pieza de características abrumadoramente volátiles en donde las guitarras saturadas y los teclados son parte fundamental del sonido tan pesado como melódico de ambos temas. 

El disco cierra con la segunda parte de Two Headed Boy, una pieza sencilla, que retoma la ruta que se esbozaba al comienzo del disco que se mantiene hasta este punto, aunque habiendo pasado por una serie de mezclas y sedazos que enriquecieron cada una de las composiciones anteriores. 

No sólo lo digo yo. La historia reciente de la música también ordena imperiosamente escuchar este visionario álbum. Si bien, los más melómanos no encontrarán muchas sorpresas en él, estoy seguro que será del gusto de todos aquellos que buscan un sonido fuera de lo acostumbrado y sin ningún encasillamiento cercano, pues, aunque NMH está lleno de influencias, la verdad es que suenan frescos y singulares. 

Y por último, porque nunca está demás prestarle a oreja a una de las bandas pioneras de un género que aún, tiene para rato.

 

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