Los discos que no te atreves a escuchar: Diablo Swing Orchestra – Sing-Along Songs for the Damned & Delirious (2009)

Cuenta la leyenda que en lejano siglo XVI, en Suecia, surgió una asombrosa orquesta que pretendió desafiar el poder de la Iglesia Católica, componiendo canciones nunca antes escuchadas, que comenzaron a darle a la gente una nueva visión de la vida. La influencia del ensamble ya se había esparcido como una flama revitalizante cuando la Iglesia quiso detenerla, y divulgaron el rumor que se trataba de “la orquesta del demonio”. Aún así, la banda continuó ganando adeptos hasta que se les culpó de un asesinato que no cometieron, por lo que debieron separarse y esconderse. Una recompensa fue ofrecida por sus cabezas y eso hizo que fueran traicionados y finalmente atrapados y ahorcados.

La leyenda no termina ahí. Antes de ser capturados, los integrantes de la banda hicieron un pacto secreto en el que juraron que sus descendientes se reunirían 500 años después para continuar creando música atrevida y rupturista. Pero no fue necesario que pasaran tanto tiempo. A fines del siglo XX, dos de los supuestos descendientes de la orquesta perseguida en la Edad Media, se reunieran en una disquería en la que, mientras hablaban de música, se dieron cuenta de su origen y retomaron el juramento de los antepasados para resucitar a la banda, ahora rebautizada como Diablo Swing Orchestra.

Eso es lo que cuenta el grupo en su página de MySpace y aunque su nombre indica ya una de las marcadas influencias que poseen, lo cierto es que es bastante sorprendente enfrentar la música de estos muchachos que navega libremente entre el swing, el metal, el jazz, el funk, el avant garde y hasta la ópera, gracias a las tremendas voces de Daniel Håkansson (que además es guitarrista) y Annlouice Loegdlund.

A eso hay que sumar momentos brillantes que nos llevan a los locos años 20, secuencias que varían entre sonidos folclóricos de buena parte de Europa y un fuerte apego a mezclar secciones que dejan poco lugar para respirar, convirtiendo sus discos en obras contundentes, aceleradas, poderosas y plagadas de sonidos.

El grupo lo completan Pontus Mantefors en guitarra, Andy Johansson en bajo, Johannes Bergion en cello y Andreas Halvardsson en batería, los que contribuyen a dar forma maciza a esta, la segunda placa de DSO que llega hasta nuestros oídos como una verdadera tromba.

Publicado el año 2009, Sing-Along Songs for the Damned & Delirious es un álbum que, si bien no deja de lado lo demostrado en Butcher’s Ballroom (su disco primero), ahondan y perfeccionan aún más el particular estilo que los identifica y que los convierte en una invaluable caja musical, catalogada por ProgArchives como la seminal banda del “avant metal”, quizás el único concepto que sirva para describir, aunque sea superficialmente, lo que hacen estos suecos desquiciados.

Trataremos de resumir lo que ocurre a lo largo de las pistas de este discazo, comenzando por A Tap Dancer’s Dilemma, un jugueteo con algo que podríamos describir como swing metal; la muy avant garde A Rancid Romance; la pesada, lúdica y febril Lucy Fears the Morning Star; la precisa y desquiciada Bedlam Sticks, tan cercana a algunas piezas de Sleepytime Gorilla Museum; la directa New World Widows, quizás lo más parecido y cercano al metal purista en el disco; la mezcla extraña al ritmo de la polka que nos entrega Vodka Inferno; la sencillez acústica pero aún embriagadora de Memoirs of a Roadkill; la complejidad atinada y preciosa de Ricerca Dell’Anima y, por último, la ferocidad estilística de Stratosphere Serenade… Todo eso, atravesado por momentos elevados de metal progresivo, secciones plenas de Rock in Opposition y voces totalmente líricas que juegan con el oído del escucha que, si anda mal parado, puede quizás sufrir uno que otro desvarío…

Sin dudas, una de las bandas más recomendables de la última década para todos aquellos que anden en busca de un sonido fresco, poderoso y experimental.