Estaban todos los condimentos para que fuera un partido lleno de tensión y de emociones. Argentina y Uruguay reeditaban el clásico más antiguo del mundo con 13 victorias por Copa América para cada uno.

El elenco local conducido por Batista venía tomando ritmo luego de su victoria ante la discreta Costa Rica, que le dio la clasificación, mientras que los dirigidos por Tabárez sufrieron para vencer a México en el último encuentro y sacar boletos para cuartos.

Pero cuando dos potencias como estas se encuentran dentro de una cancha, los antecedentes no valen y lo único que cuenta es la entrega y las ganas de ganar. En el comienzo, Argentina se vio mejor que Uruguay, creando ocasiones en los pies de un encendido Messi, que entendió que este era su partido. Sin embargo fue Uruguay el que abrió la cuenta después de una pelota parada que pivoteó Cáceres y que Diego Pérez, que después se iría expulsado, sólo tuvo que empujarla sobre la línea.

Argentina sintió el golpe y de inmediato salió en busca del empate, el que llegó tras la combinación de los dos mejores jugadores albicelestes que hoy jugaron de azul: Messi e Higuaín. La Pulga hizo la diagonal de la muerte desde el sector derecho y le puso un pase a la cabeza del Pipita en el punto penal, que el 9 definió de palomita sobre el palo del arquero.

Parecía que lo que venía sería una tromba argentina, más aún luego de la expulsión del "ruso" Pérez por doble amarilla cuando promediaba la primera fracción, pero increíblemente, Uruguay se ordenó mejor y Messi y compañia no pudieron encontrar los espacios para vulnerar la férrea defensa de Lugano y Scotti, y cuando lo hicieron se encontraron con el descollante Muslera.

El segundo tiempo fue de meta y ponga. Uruguay trataba de aprovechar los espacios dejados por una insistente Argentina, en los pies de Forlán y Suárez. Este último hizo tambalear la defensa albiceleste, provocando la amonestación de Burdisso, Milito y Mascherano quien se iría expulsado.

Ya con diez por cada lado el partido estaba para cualquiera. Ambos técnico movieron sus piezas para ganarlo. Batista ordenó el ingreso de Pastore, Tevez y Biglia, mientras Tabárez sustituyó a Álvaro Pereira y Arévalo Ríos por Eguren y Gargano para reforzar el desgastado mediocampo.

Los cambios le funcionaron mejor al "maestro", ya que la celeste logró mantener el empate tras los 90 minutos y la prórroga, forzando la definición por penales. Allí tenía su lugar reservado uno que durante todos el encuentro se hizo más y más grande, el portero Muslera. Desde los 12 pasos tapó el envío de Carlos Tévez, lo que sería suficiente para instalar a Uruguay nuevamente en una semifinal y hacer honor a la "Garra Charrúa" que una vez más surgió en las grandes ocasiones, eliminando nada menos que al local y principal candidato al título.

Foto: CA2011.com