En cuatro objetivos principales se sustentará la reforma tributaria de la Presidenta Michelle Bachellet, iniciativa que fuera firmada ayer por la Mandataria junto al ministro de Hacienda, Alberto Arenas, y que a partir de hoy iniciará formalmente su tramitación, una vez que se de cuenta en la Sala de la Cámara de Diputados.

La iniciativa buscará como objetivo aumentar la carga tributaria para financiar con ingresos permanentes gastos permanentes y reducir el actual déficit fiscal. Asimismo, pretende mejorar la distribución del ingreso, por la vía de la equidad tributaria; introducir incentivos al ahorro y a la inversión; y fijar un nuevo esfuerzo por disminuir la elusión y la evasión.

Datos entregados por el Gobierno señalan que la reforma proyecta recaudar en régimen US$8.200 millones, lo que equivalentes al 3% del PIB. Estos mayores recursos fiscales permitirán establecer nuevos compromisos del Estado, particularmente, lo relativo a la reforma educacional, la cual se calcula costará entre 1,5% y 2% del PIB.

El proyecto establece un proceso gradual para la fijación de algunas de sus normas, especialmente aquellas que reforman tasas vigentes. En este caso se encuentra el impuesto a las empresas, el cual subirá del 20% al 25%, en 2017. Para la operación renta 2018 se espera también terminar con el Fondo de Utilidad Tributaria (FUT), mecanismo que permite desviar el pago de impuesto de las ganancias de una empresa, bajo la idea que dichos recursos se destinen a inversión de la misma.

La iniciativa asimismo contempla un ajuste a la tasa máxima del impuesto a las personas, la cual se reduce del 40% al 35%. La medida será compensada en el caso de las autoridades del país (por ejemplo, Presidente, Ministros, Subsecretarios, senadores y diputados), ya que deberán pagar un 5% adicional de impuesto.

La propuesta incluye otro conjunto de materias, entre ellas: impulsa un mecanismo de depreciación instantánea para las empresas (descuenta del impuesto a las ganancias aquello que haya sigo adquirido como inversión en el ejercicio presente); fija impuestos “ecológicos” y “saludables”, como por ejemplo contra la emisión de fuente fija y aumentando la tasa de las bebidas alcohólicas y analcohólicas con azúcar; y sube el impuesto de timbres y estampillas de 0,4% a 0,8%.

Reacciones

El primer Vicepresidente de la Cámara, diputado Lautaro Carmona (PC), se mostró satisfecho con las propuestas que la reforma tributaria pretende aplicar y destacó el objetivo fijado, de terminar con la gran brecha de desigualdad que hay en Chile. “El proyecto tiene un mecanismo profundamente democrático, de justicia social, porque es el primer paso serio de toda esta época que permite una redistribución de la riqueza afectando la altísima concentración de ella que tiene un grupo muy minoritario de personas vinculadas a la alta y gran empresa”, enfatizó.

El legislador desestimó inconvenientes al alza en el impuesto a las empresas y valoró que la rebaja progresiva de impuestos personales que se pretende aplicar no beneficie a gran parte del mundo político.

El jefe de bancada de diputados de la UDI, Felipe Ward, dijo que ven señales preocupantes en el planteamiento hecho por la Presidenta Bachelet, que atentan contra la inversión, el crecimiento y, especialmente, en contra de las pymes. “Nosotros vamos a trabajar en una propuesta alternativa, que no solamente sea como la que ha presentando la Presidenta que es un alza de impuestos; vamos a trabajar en una reforma tributaria integral, como bancada y la presentaremos prontamente”, anunció.

El diputado Joaquín Godoy (Ind) consideró que, más que nunca, deben estar abiertos al diálogo. “La nueva mayoría tiene los votos para aprobar este proyecto como lo envíen. La única manera que lo podamos mejorar es justamente, mantener esta intención de dialogar, de querer compartir posiciones e ideas respecto de la reforma tributaria”, acotó, señalando que las grandes preocupaciones son la depreciación acelerada, que perjudicaría a las pequeñas empresas y el aumento del impuesto de timbre y estampillas.