Pescadores artesanales y fallo de La Haya: “¿Qué vamos a perder, si ese mar no lo explotan los chilenos?”

24 Enero 2014

Terminar con la Ley de Pesca y el monopolio de Corpesca es una de las principales preocupaciones de pescadores artesanales del país. Para ellos, la resolución de La Haya en el diferendo marítimo con Perú no les va a quitar algo que Chile no les haya negado antes.

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A días de conocer el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, autoridades de gobierno y el país entero han vuelto sus ojos a la región de Arica. La preocupación: los pescadores de la zona, quienes aparentemente serían unos de los principales perjudicados en caso de una resolución adversa para el Estado chileno.

Pero la posibilidad de perder millas marinas no es la principal preocupación del Consejo Nacional de Pesca Artesanal (Condepp), organización que agrupa a pescadores artesanales de todo el país. Para ellos, lo más preocupante es la condición actual de sus compañeros, quienes se sienten perjudicados por la Ley de Pesca y el actual monopolio de Corpesca, brazo pesquero del grupo Angelini que se dedica a la extracción de anchoveta (con la cual fabrican harina y aceite de pescado), situación con la cual aseguran haber perdido mucho más.

El triángulo en disputa posee recursos de jurel y, principalmente, anchoveta. Respecto de este último, en el flujo marítimo representa todo el recurso que migra desde Perú hacia Chile y que se junta con las poblaciones nacionales. Según explicaron empresarios de Corpesca, ambos peces son compartidos con el país del norte, desde donde migran de un lugar a otro.

Actualmente, en la zona se capturan alrededor de 8 mil toneladas de la materia prima de la harina y aceite de pescado, donde un 75% corresponde a pesca industrial y el 25% restante a extracción artesanal, la que es posteriormente comprada por la misma empresa, según explican desde Condepp.

En ese escenario, Nelson Estrada, vicepresidente de la entidad que reúne a los pescadores artesanales, enfatizó que el gobierno abandonó mucho antes a los pescadores, previo al conflicto limítrofe que pronto se dirime.

A días de conocerse el fallo de la Corte Interamericana de Justicia, ¿cómo podría afectar la resolución a los pescadores artesanales de la zona?

Hay varios pescadores artesanales en Arica, pero es importante recordar que el monopolio que explota el mar allá es el grupo Angelini. El gobierno está preocupado, muy preocupado, pero de salvar las inversiones de este señor, que es una de las siete familias favorecidas por la ley de pesca.

Me asombra y preocupa cuando el gobierno se escuda en los pescadores artesanales para defender un imperio y una transnacional. Si el gobierno se preocupara de verdad por los pescadores artesanales, jamás se hubiera aprobado una ley tan mala como la que tenemos ahora. ¿Qué sacamos con tener tanto mar si los trabajadores no tenemos derechos?

El gobierno debe hacerse responsable, somos los únicos trabajadores del mundo que estamos regionalizados. No podemos salir a trabajar a otras regiones, a Arica le quitan mar y sus pescadores están atrapados, no pueden salir a trabajar a otro mar porque la ley se los impide.

Y en Arica qué oportunidad tienen, si el único que tiene fábrica (de harina de pescado) es el grupo Angelini.

¿Qué vamos a perder entonces, si ese mar no lo explotan los chilenos? Ese mar, a través de una ley de pesca, pertenece al grupo Angelini. En la zona, los únicos que compran el recurso (anchoveta) son de la Corpesca, ellos ponen el precio, los trabajadores viven y Angelini se enriquece.

¿Quién pierde en el caso de que el fallo fuera adverso?

Pierden los chilenos, porque el grupo Angelini, que explota el mar, se va a ir a explotar a Perú.

Si él llega a perder el juicio, le va a decir al Estado que se haga cargo del pago de los pescadores, pero le han servido a él, no al Estado. Yo estoy de acuerdo que el gobierno debe indemnizar a todos los trabajadores artesanales que resulten perjudicados, reinsertarlos, capacitarlos, se debe hacer responsable. Pero los industriales, ellos llegan, explotan el recurso, se enriquecen y se van.

Entonces, ¿cuál es el tema de fondo?

El tema es la ley de pesca. Hay un compromiso con las nuevas autoridades para revisarla. Nosotros creemos que se debe derogar o cambiar en todos aquellos puntos donde no se tomó en cuenta a los pescadores. Es una ley que se escribió entre cuatro paredes, que se aprobó en paquetes, recién ahora se está entendiendo cómo nos afecta.

El señor Longueira la dirigió igual que un Coliseo romano, pero tenemos confianza en que se cumplan los acuerdos. Nosotros no queremos una ley que nos favorezca 100%, queremos algo equitativo y que conozcamos, que nos informen de qué se trata.

Con esta ley nos trataron de matar, nos siguen eliminando.

¿Cómo el gobierno puede ayudar a los pescadores de Arica, si estos no se pueden trasladar?

Ese es el problema de fondo. El lunes, los trabajadores artesanales se podrían quedar sin mar para pescar, pero el gobierno no les va a entregar una solución el mismo lunes, porque esta ley nos amarra a un solo lugar.

Hay que abrir las fronteras de las regiones para los trabajadores, no para las embarcaciones. Que el pescador pueda ir a la siga del recurso, no como ahora que debe esperar que el recurso le llegue a la piscina donde lo encerraron, para poder seguir siendo pescador. Porque si salimos a otra región nos multan y nos echan.

Esa cláusula se puso para proteger el loco en la fiebre del loco, a alguien se le ocurrió y lo dejaron regionalizado. Yo le pregunté a un senador, en medio de esta discusión, si él como médico podía ejercer su profesión en otra región ya que con la ley de pesca no podría, nosotros no estamos en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores.

Que se abran las fronteras es el primer paso. ¿Cómo va a ayudar el gobierno a los pescadores de Arica si le abren las fronteras a ellos, qué pasa con el resto de los trabajadores regionalizados? Esto debe ser justo para todos.

Esto se veía venir, porque cuando una ley favorece a alguien, alguien sale trasquilado. Acá perdieron los trabajadores. ¿Usted cree que si a un industrial se le acaba la materia prima va a tener la consciencia de indemnizar a sus trabajadores? No, agarra sus cosas, cierra y se va. El problema queda para el Estado. Por ello hay que hacer una ley para que las empresas aseguren a su gente.

¿Y su opinión respecto del fallo de La Haya?

Solo pido que se tome con paciencia, con calma, que lo mediten. Hay miles de familias involucradas, no me gustaría ver a Chile en un conflicto bélico, no por cobardía. Calma y buena suerte para todos los compañeros de Arica, esperemos mirar la decisión con altura de miras, para poder reinventarnos.