10 años han pasado desde que se instauró en Antofagasta un cálculo que permite definir la tarifa en el transporte público. Además del precio del combustible, el llamado "polinomio" considera el valor de insumos como los neumáticos, la mano de obra y el precio del diésel, entre otros factores.

Este cálculo fue regulado por última vez en el año 2016, cuestión que, a juicio del Seremi de Transportes de la región, Álvaro Ormeño, necesita ser revisado.

“En nuestra opinión, es necesario reformar el polinomio que, si bien representa los costos operacionales de un bus, no refleja fehacientemente la realidad de nuestra ciudad. Estamos conscientes de los efectos que la nueva alza tiene en los usuarios y, por otro lado, de la disminución que han experimentado las bencinas en las últimas semanas. Sin embargo, las variaciones tarifarias son definidas en base a un cálculo que debemos revisar”, señaló la autoridad y explicó que, si bien el diésel comenzó a disminuir su valor la tercera semana de noviembre pasado, el polinomio no alcanzó a considerar la rebaja en el precio de los combustibles.

IMPACTO

Para mitigar el impacto de este tipo de alzas, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) dispone anualmente de un subsidio para ciudades con zonas licitadas de buses que rebaja las tarifas en cerca de 6 mil micros de urbes como Antofagasta, Iquique‐Alto  Hospicio,  Gran Valparaíso,  Rancagua y Gran Concepción.