Muchas han sido las campañas para potenciar la identidad antofagastina, para lograr que los habitantes de la otrora y brillante Perla del Norte de tiempos del alcalde Maximiliano Poblete, se contagien de amor y respeto por la ciudad en la que muchos quieren trabajar, pero no todos vivir. 

Una ciudad que enfrenta diversas problemáticas, latentes e innegables, como la contaminación, la saturación del vertedero de La Chimba, la basura en las calles, la alta población de perros abandonados, y así suma y sigue. 

Una de las últimas campañas al respecto es la que ha circulado hace poco más de un mes en medios televisivos y radiales donde se puede ver y oir a una mujer sufriendo, que llora y se lamenta porque no ha sido cuidada. Es una evidente analogía entre esta mujer desnuda y quejumbrosa, y Antofagasta.

"¿Por qué no me cuidas? Soy tu ciudad... Antofagasta", se escucha al final del video.

¿Logra su cometido? 

Cuando vi la campaña por primera vez, debo admitir que me dio algo de miedo. El mensaje es difícil de entender a buenas y primeras, los efectos audivisuales no son muy buenos y la notoria ropa interior color piel crean una mezcla no muy agradable. 

No puedo afirmar nada, pero no creo que se logre una empatía entre el público y la campaña.

¿Es Antofagasta como una mujer maltratada?

Si se analiza el video se podría extraer el mensaje que asi como se debe tratar bien a una mujer también se debe hacer lo mismo con Antofagasta; cuidarla, no maltratarla, y así, ser unos buenos hombres con esta mujer que recibe tantos vejámenes. 

Vejámenes como la contaminación histórica, las quemas ilegales que despiertan con gases tóxicos a los vecinos del sector norte. Vejámenes como el impacto social que tienen los turnos mineros en las familias,  el abandono de animales indefensos, el descuido de calles y veredas que a más de alguno han hecho caer o chocar. 

Ciertamente nuestra ciudad está maltratada, ha sido abusada por el exorbitante desarrollo industrial, por el crecimiento de los campamentos, ya que antofagastinos y migrantes que buscan mejores oportunidades no tienen más opción que levantar casas de material ligero para vivir por los altos valores en los arriendos, y que como ocurrió en La Chimba recientemente, fueron las llamas las que consumieron su esfuerzo. 

No está mal comparar a Antofagasta con una mujer, pero sí si esta fuese una mujer fuerte, una mujer empoderada y emprendedora, que a pesar de las dificultades no se arrastre en la tierra suplicando cuidados, que ella misma se preocupe de dar solución a sus problemas, contagiando a los demás de ese espíritu de empatía y respeto por la tierra donde se vive y trabaja.

¿Y a tí, qué te parece este video?