El complejo paso transicional de jóvenes de contextos vulnerables hacia la educación superior

El complejo paso transicional de jóvenes de contextos vulnerables hacia la educación superior

01 Enero 2015

A pesar de los altos índices de desigualdad que impiden el acceso igualitario al sistema de educación, hoy el 19% de los jóvenes del primer quintil y el 26% de los jóvenes del segundo quintil se encuentran estudiando en educación superior.

Corresponsal Re... >
authenticated user Corresponsal

Por: Fundación Portas

Nos encontramos frente a un nuevo proceso de selección universitaria, y al igual que durante años anteriores, la oferta para estudiar en distintas Universidades, Centro de Formación Técnica e Institutos Profesionales, abunda.

A pesar de los altos índices de desigualdad que impiden el acceso igualitario al sistema de educación, hoy el 19% de los jóvenes del primer quintil y el 26% de los jóvenes del segundo quintil se encuentran estudiando en educación superior, cifras que se distancian a las del quinto quintil, donde el porcentaje de los jóvenes que estudian alcanza un 77%.

Pero no sólo en el acceso se materializan estas diferencias, pues la situación desfavorable a la que deben enfrentarse los jóvenes de los estudiantes de menores ingresos se manifiesta en la carencia de habilidades blandas, competencias de aprendizaje y vínculos sociales que a veces resultan ser insuficientes o no ajustados a los que demandan las instituciones de educación superior, llevando en gran parte de los casos a la deserción académica.

Fransisca Egaña Del Sol, psicóloga y Directora Ejecutiva de Fundación Portas se refiere a las problemáticas que enfrentan estos jóvenes “Las referencias que nosotros recibimos de cada generación que ingresa, es que muchos de ellos ni siquiera habían salido antes de sus comunas y deben ahora atravesar la región entera para llegar a sus centros de estudio, provocando rupturas en sus formas habituales de relacionarse con el mundo”.

Son muchas las variables que pueden influir en quienes ingresan al sistema de educación superior y Egaña así también lo advierte: “Por otra parte, deben enfrentarse a niveles de exigencia académica que antes no existían para ellos y que en muchos casos hace tambalear en su decisión de mantenerse dentro del sistema” dice en relación a la permanencia y deserción académica.

En el horizonte se avizoran algunas políticas públicas que pretenden acercar a las instituciones de educación a la vida integral de los estudiantes y ya existen algunos planes de apoyo estudiantil en algunas universidades. Buenas señales y suma en la lógica de brindar oportunidades reales a los estudiantes, que miren más allá del puro rendimiento académico y promuevan el desarrollo de sus potencialidades. “Desde este último punto nos parece relevante la existencia de programas propedéuticos o de inclusión que acompañen en la nivelación previa a estos estudiantes y que les den un mayor soporte para su tránsito por la universidad o el instituto” afirma la Directora Ejecutiva de Fundación Portas.