Estas, son las primeras elecciones en las cuales se realiza el voto asistido, con el cual todos los adultos mayores o personas que tengan dificultades ya sea para desplazarse o para marcar su voto contarían con ayuda para poder ejercer su derecho cívico, tarea que en años anteriores estaba a cargo de voluntarios y militares del local de votación.

La iniciativa, la cual pretendía agilizar el  proceso para dichas personas, en definitiva  para los muchos asistentes de tercera edad y personas con distinta capacidad que llegaron a sufragar, fue más lento que en años anteriores, ya que según ellos tuvieron que quedarse sentados demasiado tiempo a la espera de ser asistidos. 

Mirta Sotomayor tiene 79 años, camina con muletas desde hace nueve por un problema en su rodilla derecha, ella decidió luego de esperar media hora sentada, subir los escalones de cuatro pisos para llegar a su sala de votación, a ella como a muchos más, no le sirvió el voto asistido.

Entre los afectados, todos concordaron que el principal problema fue la falta de personal designado para esta tarea, ya que solo habían un par de colaboradores que debían acompañarlos en todo el ciclo de votación, lo que tomó por lo menos 20 minutos por persona. Por lo que más que una solución, el voto asistido terminó siendo un dolor de cabeza.