Miriam Marín: Vivir con Enfermedad de Parkinson

28 Agosto 2020

Miriam Marín vive con Enfermedad de Parkinson desde el año 2006, época en la que tenía 38 años. 

Especial >
authenticated user Editor

Comenzó con problemas de tendinitis, pero debido a su trabajo como dibujante proyectista de arquitectura pensó que era por la realización de labores muy extensas. Además de eso había presentado otros síntomas de la enfermedad, como temblor en las manos, por lo que decidió visitar a un médico, quien le otorgó medicamentos que permitieron descartar otras patologías, identificando en aquel momento que se trataba de Enfermedad de Parkinson.

Miriam Marín vive con Parkinson desde los 38 años. “Me costó aceptarlo al principio, pero quise hacerme amiga de la enfermedad. Busqué adaptarme, me hice zurda y trabajé más de 10 años teniendo la patología”, comenta.

Cabe señalar que el Parkinson tiene algunas características notorias, como la rigidez, lentitud de movimientos, mal equilibrio y temblor. En el caso de Miriam, los síntomas más llamativos fueron la rigidez y el mal equilibrio. “Cualquier empujoncito inmediatamente me podía caer”, destaca.

El desafío de ser madre

Miriam fue diagnosticada con la Enfermedad de Parkinson en 2006 y cuatro años más tarde quedó embarazada. Hoy su hijo tiene 10 años, está a su cargo, ya que su esposo falleció a fines de 2019 de cáncer. Afortunadamente recibe el apoyo permanente de una de sus hijas, de 25 años, quien vive con ellos. “Tengo que levantarme mucho más temprano para poder atender a mi hijo. Hay veces en que los remedios no hacen efecto y me complico”, comenta añadiendo que en ocasiones quiere enseñarle materias del colegio y su condición se lo impide.

Agrega además que: “me gustaría llevar a mi hijo a clases de música o deportes, pero no me es posible. Eso me apena porque siento que está perdiendo oportunidades que debiera tener”.

Tratamiento

Al igual que otros líderes del país que poseen Parkinson, Miriam ha luchado por conseguir financiamiento para la Cirugía de Estimulación Cerebral Profunda; tratamiento que no cura la enfermedad, pero que ayuda a quienes califican a ella, a tener una mejor calidad de vida.

“Esta operación permite un retroceso en la evolución de la enfermedad de alrededor de 10 años en promedio, a mí me viene súper bien porque son 10 años que voy a tener para criar a mi hijo”, añade.

Miriam indica que con su esposo realizaron gestiones para conseguir recursos que le permitan costear la operación que posee un alto valor económico y que gracias al compromiso de autoridades obtuvieron el financiamiento para ocho cirugías este año, las que quedaron pospuestas por la pandemia.

“Dentro de todas las personas yo iba a ser la primera en operarme, pero luego llegó la pandemia y quedó en veremos. Espero que ese regalo de vivir 10 años para criar a mi hijo no se pierda, lo necesito más aún ahora que estoy sola”, finaliza.

Así como Miriam, en Chile existen cerca de 50 mil personas con Parkinson, quienes día a día deben hacer frente a la enfermedad, siguiendo rigurosamente los tratamientos a los que pueden acceder.