La eficiencia energética es el horizonte que debemos manejar

La eficiencia energética es el horizonte que debemos manejar

13 Febrero 2013

No es un secreto para nadie, que el costo actual de generar energía a partir de combustibles fósiles sigue aumentando y este escenario no cambiara nunca más.

Andrés Gilmore >
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Michael Liebrich, el actual presidente ejecutivo de Bloomberg New Energy Finance, comentó ante una gran audiencia en New York, hace pocas semanas, que ya es hora de cambiar la falsa percepción de que los combustibles fósiles son baratos y las energias renovables son caras.

Los costos financieros asociados a estas formas energéticas son muy elevados y trabajar con carbón y represas de muro de contención perjudica la reputación de los bancos, países y de los propios gobiernos que optan por este formato.

Tanto es así, que ENDESA España vendió sus acciones de HidroAysén a ENEL Italia, porque no querían tener la mala reputación se ser apuntados con el dedo, como los destructores de la Patagonia. Los analistas especializados en energía han concluido, que la producción solar fotovoltaica será mucho más barata que el carbón y el gas natural en pocos años y que todo aquel que no tenga esa visión en perspectiva estaría arando en el agua, lisa y llanamente.

Los ejemplos actuales de Australia y Sud África, que ya han comenzado el proceso de recambio en sus matrices energéticas de aquí al 2020 a ERNC, son un ejemplo que nos debe hacer recapacitar. Los costos de la energía eólica han bajado sustancialmente en los últimos años y lo continuarán haciendo a índices menores que el carbón.

HidroAysén, desde que llego a Chile con su proyecto de represar los ríos Baker y Pascua en la cuenca del Baker en la región de Aysén, siempre a tenido claro que debía solventar su intención con una ideología creíble para justificarse ante la opinión pública, ya que ha sabido desde siempre que son tecnología del pasado en el mundo del futuro.

Desde ese entonces, nos han querido hacer creer que son una necesidad y que no son contaminantes, que sin ellos no podremos mirar el futuro energético con tranquilidad. Cuando en verdad es todo lo contrario. Sin HidroAysén si podremos mirar el futuro con tranquilidad y debemos definitivamente cambiar de mentalidad, rechazar HidroAysén y optar por energía renovables no convencionales en un pais como el nuestro, que es el paraíso del sol y del viento.

Si tuviéramos una estrategia futurista como las de Australia y Sud África y nos abocáramos a trabajar con lo que tenemos con la perspectiva real de las ERNC, tendríamos el futuro asegurado, con sustentabilidad y con una imagen de país estupenda ya que demostraríamos que miramos hacia adelante y no hacia atrás como actualmente. Sin destruir Aysén una región de Chile que solo nos enaltece.

Por el contrario si dejamos que intervengan nuestros ríos y cuencas transnacionales con formatos de desarrollo que no nos corresponden, el futuro de Chile seria cada vez más incierto e inviable en materia energética, porque estaríamos perdiendo nuestra esencia y la prosperidad que nos merecemos.

El problema fundamental del proyecto HidroAysén, fuera del paupérrimo estudio de impacto ambiental que presentó la transnacional para sustentar su intención, es la escala de la intervención que es tremendamente desproporcionada y destructiva, en un territorio como la cuenca del Baker, que se proyecta en función de su calidad ambiental y su belleza escénica. Además HidroAysén no resuelve el problema energético sólo lo pospone. 

La empresa a estado invirtiendo grandes sumas, inventado necesidades que no son reales, afirmándolas con desparpajo como verdades absolutas, para ver si logra su objetivo, ayudados incomprensiblemente por su alianza con el Gobierno y apoyada por empresarios nacionales que son utilizados como brokers. De este modo, logrando una injerencia importante en la opinión publica, que está muy mal informada de la verdad de lo que representa HidroAysén y sus lamentables propósitos y el retroceso que significaría que se concretara. Algo así como revestir a los días de hoy una casa con cholguan.

Si de verdad se concreta HidroAysén, y esto cualquier ingeniero especialista en el tema lo puede confirmar,lo ha dicho hasta el cansancio el profesor Roberto Román de la U de Chile, actual vice-presidente de Internacional Solar Energy Society: existiría un alto riesgo para el sistema eléctrico nacional de depender de un solo punto de generación. Que está a más de 2.500 kilómetros de distancia de las mineras y con la aberración de contar con una sola línea de transmisión, en un país sujeto a grandes calamidades naturales, como terremotos, tsunamis y con una base de generación en una región como Aysén, que además es volcánica y peninsular. 

Cualquier estrategia de desarrollo energético realista debe tener como pilar la eficiencia energética y su proyección de futuro. Si aplicáramos un raciocinio efectivo a este respecto, el ahorro generado en la actualidad solo por el ahorro domiciliario y los electrodomésticos de última generación verdes que han entrado al mercado en los últimos tres años, ya es mucho mayor ese ahorro de lo que podría aportar HidroAysén al interconectado.

Es hora de entender, que el discurso que justifica intervenir Aysén y construir en esta región cinco represas de muro de contención, es solo parte de una estrategia para lograr objetivos finales, que es nada más que lucrar vendiendo energía a la industria minera, Pascua Lama y posteriormente si todo va bien, a Argentina y construir más represas. Nada tiene que ver con la necesidad de energía domiciliaria como HidroAysén ha querido hacernos creer, engañando a la opinión pública.

Necesitamos crear los fundamentos estructurales para hacer los cambios en la ley medio ambiental, hacerla más precisa y mejorarla de modo  que las evaluaciones ambientales sean más certeras, que se incluya la variable social, enfrentando los problemas con la “verdad verdadera”, como decimos en Aysén. Solo en ese entonces, desarrollar una estrategia de acuerdo con las necesidades reales y no las inventadas por HidroAysén o por empresarios interesados en lucrar con los recursos de la región. Solo así  podremos consolidar una matriz energética adecuada.

Existen abundantes recursos de energías renovables no convencionales, tanto en el territorio del SIC como del SING, que pueden aprovecharse con un menor impacto en el medio ambiente que el propio HidroAysén. Hay más de 4.000 MW en geotermia y a eso le podemos sumar más de 5.000 MW en energía eólica, 15.000 MW en mini hidro y mucho más en energía solar, del orden de unos 40.000MW. Hablamos de fuentes energéticas que no son mucho más caras que HidroAysén y algunas incluso son más baratas  y confiables. Lo que sucede en realidad, es que los interesados en que se construya HidroAysén dicen lo contrario, sustentándose en la ignorancia del medio. Es como si hace diez años no hubiésemos creído que los celulares hoy sacarían fotos y tendrían Internet.

El daño que el proyecto causaría en las cuencas de los ríos Baker y Pascua y a Aysén como un todo, seria irreversible en todo sentido. El futuro del desarrollo de Aysén y sus comunidades se sustenta en su gente y en sus recursos naturales. 

HidroAysén al llegar a la región hace unos siete años a la fecha, tuvo una actitud totalmente fuera de orden y falta de respeto, su discurso era: somos la llegada del desarrollo, con nosotros mejorará la calidad de vida, representamos la gran oportunidad de mejorar. Con nosotros dejaran de ser el patio trasero de Chile (esa frase dolió) y remataron diciendo “se merecen el mismo desarrollo que Santiago”. Han tratado de traspasarnos ese discurso ideológico y para ello no han dudado en comprar conciencias, financiando cultura, Pymes y educación a personas que necesitan de verdad esa ayuda. Pero se equivocan al pensar que compran esas conciencias. Finalmente se encontraron con un medio que sabe lo que quiere y como lo quiere. Que no quiere el mismo desarrollo de Santiago en ningún aspecto y que sabe perfectamente que no es el patio trasero de nadie. Somos, en verdad, el más precioso antejardín que pueda tener un país como Chile.

Desarrollar HidroAysén es claramente favorecer a las empresas involucradas y sus mezquinos intereses, por sobre los intereses de las personas. En ningún caso aumentará la seguridad energética y no hará que la energía baje sus costos, pues la generación quedará aun más concentrada y en muy pocas manos y continuaremos con en el círculo vicioso de la dependencia y del oligopolio energético que hoy nos tiene tan complicados.