La realidad que viven los adultos mayores cuando están atados a una cama

La realidad que viven los adultos mayores cuando están atados a una cama

16 Diciembre 2012

Irónicamente mientras se avanza en la inversión de miles  de millones de pesos en salas cuna y extensión del posnatal. Lo cual por supuesto se valora, en la realidad cada vez hay menos niños y mas adultos mayores.

Verónica Zamorano >
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No sé que es más lamentable, si la inmovilidad que consume a los personas que por distintas razones, particularmente por el envejecimiento permanecen atadas a sus camas, dependiendo  de otros o la inmovilidad de la sociedad que conociendo muchas veces del abandono  en que viven estas personas no hagan nada por cambiar la situación.

Irónicamente mientras se avanza en la inversión de miles  de millones de pesos en salas cuna y extensión del posnatal. Lo cual por supuesto se valora, en la realidad cada vez hay menos niños y mas adultos mayores.

Nuestro país envejece a paso acelerado sin un sistema de apoyo para el cuidado de los más grandes, particularmente los dependientes (que no pueden realizar actividades diarias sin la ayuda de otra persona) Situación que evidencia diariamente un grupo de mujeres pertenecientes al voluntariado “Las mariposas”, dependiente del Centro de Salud Bernardo Mellibosky, que  se encarga del cuidado de las personas postradas.

Durante las visitas que  realizan, comprueban el amor con el que algunas familias cuidad de sus enfermos y como en otras prácticamente se les abandona. Constatan  a demás  el que son mujeres  mayoritariamente  quienes cuidan a los ancianos dependientes, de  las cuales  un número no menor se encuentra  con estrés y depresión a lo que se añade el que casi ninguna recibe ayuda comunitaria o económica.

También dan cuenta de un sistema de salud pública, particularmente la Atención Primaria que  difícilmente puede   prestar una atención adecuada al adulto mayor postrado y  educar a la familia y/o cuidador en la adecuada atención de éste, para poder satisfacer sus necesidades básicas, con los costos de recursos humanos y económicos que esto implica. Esto porque  el financiamiento para el programa de postrado en Chile es deficiente, actualmente es de  $ 3.177 pesos, al cual se agrega  un adicional de $ 487, además de  los estipendios de  aproximadamente $22 .000 por postrado a aquellos que califican.

Si bien  a mi juicio  parte de la  solución a este problema  pasa por exigir  políticas públicas que permitan que quienes  ya entregaran su aporte a la sociedad, vea retribuido ese esfuerzo a través de un sistema de salud publico adecuadamente financiado  capaz de recoger  y dar soluciones efectivas a estas demandas

 La otra pasa por romper  como sociedad con la inmovilidad que nos consume, con la indiferencia, el individualismo y el poco amor hacia nuestros semejantes, pues no somos precisamente amorosos cuando no nos preocupamos  por saludar o ponernos a disposición de los más grandes para resolver algún de sus problemas, ni son precisamente amorosos los vecinos que pudiendo entregar un poco de tiempo a favor de otros no lo hacen.

Mientras tanto  estas mariposas seguirán volando para llevar no solo sus cuidados, sino también sus palabras de consuelo, de amor, de  oración a aquellos que no encuentra razón para su padecimiento y la compañía para  quien  conoce del dolor del sufrimiento y la angustia al ver a un ser amado postrado.