Mentiras verdaderas en Aysén

Mentiras verdaderas en Aysén

05 Enero 2012

No existe una fiscalización certera a los estudios de impacto ambiental presentados por estas transnacionales, por una legislación mediocre y obsoleta, que permite a la vista de todo el país que las mismas empresas interesadas presenten sus propios estudios de impacto ambiental.

Andrés Gillmore >
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El 2011 se nos va y en Chile la destrucción ambiental no ha sido menor tanto en el norte como en el sur del país y al parecer continuaremos en el 2012. La observación nos demuestra como históricamente la destrucción de lagos, ríos y humedales y la vida de cientos de personas ha sido permitida bajo la premisa del desarrollo, por empresas sin ética que han abusado de gobiernos permisivos, amparados en un modelo económico que empezó como economía social de mercado y hoy es solo de mercado, que nos tiene al borde del colapso. Primeramente por la falta de conciencia de la importancia del hombre como ciudadano con derechos ante todo y no un mero instrumento que se maneja a antojo. Hombre que es finalmente el verdadero objetivo, en  estos temas a nivel de estrategias de desarrollo y en segundo lugar a raíz de lo primero, porque no tenemos una ley ambiental que obligue a las transnacionales y a los empresarios en general a respetar el medio ambiente, con reglamentos claros con tribunales ambientales regionales con independencia fiscalizadora, con capacidad punitiva no solo en dinero como se acostumbra, como de cárcel efectiva para aquellos gerentes y ejecutivos que cometan delitos y lo piensen dos veces antes de destruir el medio ambiente y la vida de las personas. No podemos ser serios en estrategias de desarrollo sin aliar la justicia social con la justicia ambiental.

En 1998 exactamente el 3 de junio de un crudo invierno, se registra la única moción parlamentaria en este sentido de reglamentar el delito ambiental, con el registro 2177-12 de la cámara de diputados. Moción que fue presentada pero olvidada al dia de hoy, por los diputados Leopoldo Sánchez de Aysén, Juan Bustos, Zarco Luksic y Aníbal Pérez. Este grupo de diputados intuía en ese entonces, la importancia de la ley y el posible escenario futuro que llegaría próximamente al país, sobre todo considerando el fracaso de lo que significo la nefasta decisión del gobierno de Frei Ruiz-Tagle del cambio de la matriz energética a gas natural argentino, que obligo en la urgencia a desarrollar estrategias energéticas inmediatistas sin pensar en el futuro y la sustentabilidad del país, desencadenando el actual caos en materia energética. Con un país destruido por la huella de carbono, por una matriz energética sustentada en el diesel, carbón y las hidroeléctricas de muros de contención, a pesar de que somos el país con mayor proyección en energias renovables del planeta, que nos expone a lo ineficientes que somos al administrarnos y que de verdad como país somos un castillo de naipes y nada mas.   

Se tiene estipulado según estudios actuales que la inversión extranjera de los próximos 15 años en el área de la mega minería, será de alrededor de 50 mil millones de dolares. Esta noticia por si misma es una gran noticia para todos los chilenos y debería ser motivo de alegría, pero deja de serlo cuando estas transnacionales no son obligadas a presentar proyectos paralelos de generación energética renovables para operar. Transformándose esta gran noticia en la gran contradicción de un país con ínfulas de desarrollado, que no se respeta así mismo, con una gran inversión extranjera, pero con una muy débil reglamentación y nula fiscalización ambiental a estas empresas que abusan del vacio legal.

No existe una fiscalización certera a los estudios de impacto ambiental presentados por estas transnacionales, por una legislación mediocre y obsoleta, que permite a la vista de todo el país que las mismas empresas interesadas presenten sus propios estudios de impacto ambiental, lo que en si mismo es una aberración que solo ocurre en Chile. Que además no tengan una auditoria por una contra-parte seria y profesional por un ente reconocido y neutral, que entregue las garantías necesarias a los habitantes de los territorios y al país en general que las cosas se hacen bien y de acuerdo a derecho. Entonces me pregunto que esta pasando con nuestras autoridades actuales, que no son capaces de ver esta realidad y no tienen la capacidad de rectificar y continúen destruyendo sistemáticamente el país y en el caso de HidroAysén nuestra región, con una política energética sin futuro, “basados en razonamientos del pasado en el mundo del futuro”.