Opinión: Pobreza, desarrollo sostenible y medio ambiente

13 Diciembre 2014

El modelo de desarrollo debe ser transparente, equitativo y actuar sin discriminación alguna.

Andrés Gillmore >
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El concepto de desarrollo sostenible es la posibilidad de desarrollarnos con una mirada más humana, con grandes dosis de armonía y respeto por el medio ambiente al momento de planificar el modelo de desarrollo. Lamentablemente en la actualidad aplicar esta visión es incompatible con la estructura mercantilistas predominante que nos rige, sustentado únicamente en la búsqueda del crecimiento económico a como de lugar, confundiendo crecimiento con desarrollo, que bajo ningún aspecto son sinónimos.

El desarrollo económico es la capacidad de crear riqueza a fin de promover o mantener la prosperidad y el bien estar económico y social de la población. Por otro lado y paralelamente, el crecimiento económico es simplemente el aumento de la renta o el valor de bienes y servicios producidos por el modelo económico en un determinado periodo de tiempo, medido a través del porcentaje de aumento del PIB, que en ningún caso representa un traspaso hacia el medio social.

En la actualidad hemos olvidado completamente al planificar, contar con la debida protección del medio ambiente y lo que realmente significa hacer desarrollo con sustentabilidad social a escala humana; realidad fácil de constatar, porque a pesar de todo las transnacionales continúan haciendo de las suyas en las regiones. Como ejemplos vivos podemos constatar como el gobierno dio luz verde al proyecto energético Alto Maipo; y revocó una decisión de la Corte Suprema aprobando otro proyecto energético como Punta Alcalde, que se desarrollará principalmente para surtir de energía al proyecto minero de Pascua Lama; más aun, el ministerio de energía esta por sacar adelante en el congreso la ley de Asociatividad, que permitiría asociarse a las comunidades con las transnacionales para intervenir ríos y glaciares;  mina invierno que extrae carbón en Isla Riesco en Magallanes, a pesar de lo deficiente del estudio de impacto ambiental presentado y la pésima calidad del carbón extraído, sigue operando y contaminando a vista y paciencia de todos y nadie hace nada por descontinuar la intención, que esta destruyendo esa isla que es patrimonio natural de todos los chilenos.

Los gobiernos a pesar de existir una amplia literatura científica y ejemplos importantes de malos manejos ambientales a plena disposición que han caducado la proyección de muchos países, no han hecho mucho para descontinuar el modelo extractivista con que han sustentado el desarrollo económico de Chile y sin lógica alguna, hemos hecho un uso indiscriminado de los recursos naturales y lo que es peor, haciéndonos extremadamente dependientes de las complicadas variables del mercado globalizado en el que estamos inmersos, que a nivel macro económico nos tiene a merced de las necesidades de China y su posible capacidad de comprarnos cobre.  

El crecimiento y el posterior desarrollo, deben tener la capacidad de tomar decisiones por el bienestar social y ecológico de las comunidades y muy especialmente de las regiones; sin una debida protección ambiental no se puede proyectar un desarrollo que verdaderamente sea sustentable. Los países desarrollados en los últimos cincuenta años entendieron ante los errores cometidos, que solo es posible obtener proyección social y calidad de vida, conservando y garantizando los recursos naturales y el medio ambiente como eje de sustentación social.

Concebir el desarrollo y la pobreza con un sentido simplista, economicista y mercantilista, en la actualidad es teoría del pasado en el mundo del futuro, porque crea una extrema dependencia de las clases menos privilegiadas ante los grandes conglomerados económicos que son propiedad de la clase dominante. El concepto de desarrollo sostenible, moderno y eficaz, debe relacionarse con el medioambiente y las comunidades con armonía, para que bajo estos términos se logre la equidad social y que verdaderamente podamos proyectarnos sustentablemente e iniciar el camino de erradicación de la pobreza y la desigualdad. 

Cuando hablamos de desarrollo humano y de reducción de la pobreza, no debemos entender que todo se limita o se reduce a la capacidad que una sociedad tiene de consumir bienes y servicios, como demostración que vamos ganando la batalla ante la pobreza. Los índices con que se demuestran estas teorías son inciertas, superfluas e irrisorias y no representan la realidad social que presupone el alto consumo por un crédito desproporcionado y totalmente irreal, que termina por destruir moral y sicologicamente a las sociedades que lo aplican de manera tan desenfadada como la nuestra, afectando profundamente la ética y el buen hacer de la clase dominante, como  hemos podido constatar en nuestra propia sociedad.

El gran error del modelo y lo que finalmente terminará por destruirlo, es sustentarlo dando a entender ideológicamente, que la única manera de satisfacer las necesidades y obtener el reconocimiento social y crear relaciones sociales enriquecedoras y duraderas, es por medio del consumo. Las sociedades desarrolladas vienen de vuelta de este tipo de problemática y han entendido que el consumo no puede bajo ningún aspecto ser más que el valor mismo de la persona humana de lo que representa ante su desarrollo social y cultural, definiéndolo por lo que es y no por lo que tiene, como base para lograr la felicidad y la sustentación social.

El modelo de desarrollo debe ser transparente, equitativo y actuar sin discriminación alguna; el crecimiento a toda costa y a pesar de todo, como lo hemos desarrollado todos estos años, sin entender el costo social humano, social y ecológico haciendo caso omiso de las implicancias ante decisiones sin fundamento, deben ser parte importante de la ecuación final en la toma de conciencia a la hora de decidir y definir las políticas estratégicas de desarrollo.

Es altamente probable que con el tiempo seamos capaces de revertir el proceso actual y que China finalmente se revitalice económicamente y tengamos un aumento considerable de los índices de crecimiento; pero debemos objetivizar la relación real de lo que eso presupone, entendiendo que si no tenemos la capacidad de integrar a todos los sectores económicos y superemos el doble y hasta el triple estándar social que nos rige en la actualidad, continuaremos con las mismas crecientes desigualdades y la misma concentración económica, que nos llevaron a la crisis actual y no erradicaremos el continuismo económico de los grupos de poder y las transnacionales continuaran inmiscuyéndose en las decisiones que toma el congreso nacional y no mejoremos bajo ningún punto de vista el desarrollo social,  la educación, salud, la igualdad de género y la protección ambiental que necesitamos; porque a decir verdad no habremos logrado nada y solo sostendremos el continuismo de siempre.

El auténtico desarrollo para ser sustentable, debe respetar los derechos económicos, sociales, políticos y humanos de la sociedad como un todo, orientando el equilibrio social para obtener una convivencia pacífica duradera y sustentable. La falsa creencia promovida intencionalmente por los poderes facticos para ejercer la dominación económica, nos han hecho creer desde la década de los 80 del siglo pasado, que potenciando el crecimiento económico de las empresas privadas y extranjeras, todo lo demás vendrá por simple añaduria y se transformó en la gran mentira del siglo 20, sustentado la falsa impresión que la globalización resolverá todos los problemas.

Hasta hoy no se ha demostrado fehacientemente, que el nexo entre las empresas y el desarrollo del Estado vayan unidos, con la capacidad de disminuir la desigualdad, la pobreza y proporcionar desarrollo. A decir verdad son estructuras paralelas con objetivos diferentes que hacen parte de un todo y nada más; si no sabemos comprender esa realidad no podremos avanzar y nos estancaremos irremediablemente.