"Se busca polola inteligente": La reproducción de estereotipos implícitos y que a nadie pareciera importarle

04 Septiembre 2020

Un joven de 19 años dejó un curioso cartel en la comuna de Ñuñoa, Región Metropolitana; el cual buscaba emular un ‘reto’ similar realizado por Sheldon Cooper en The Big Bang Theory.

Piangella Obrador >
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Por Piangella Obrador Moreno. Periodista.

Recientemente se hizo viral un joven de 19 años que dejó un curioso cartel en la comuna de Ñuñoa con el que imitaba un reto similar al realizado por Sheldon Cooper en The Big Bang Theory. En el afiche, Baltazar Gálvez señalaba: "Se busca polola inteligente", junto a ejercicios matemáticos, físicos y químicos, para que las interesadas en conocerlo descubrieran su número de celular.

Más que encontrar interesante, atractivo o curioso al personaje que ideó este desafío, me parece totalmente pretencioso. Primero que todo, pensar que una mujer u hombre es inteligente porque sabe matemáticas, es poco criterioso. Confundir el intelecto con la preparación académica o el interés en ciertas áreas de conocimiento, te convierten en una persona con sesgo.

Por otra parte, en el comentario de este joven prima la concepción de antaño respecto a que las habilidades en matemáticas continúan siendo un asunto de género, prevaleciendo los estereotipos implícitos y explícitos. En Chile se observa una importante brecha donde hombres obtienen mejores resultados en pruebas de matemáticas que las mujeres, lo que se extrapola también en las mediciones internacionales.

Estas diferencias afectan la elección femenina de carreras universitarias ligadas con las áreas de ciencia, tecnología y matemática, así como también su acceso a trabajos mejor remunerados, los que no se distribuyen de manera equitativa entre los géneros, según precisó el Consejo Nacional de Educación (CNED) en 2005. De esta manera, a lo largo de los últimos 25 años, menos del 20% de los estudiantes chilenos que se inscribieron en carreras de corte tecnológico fueron mujeres.

ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

Los estereotipos de género se transmiten en los medios de comunicación, en programas de televisión y a través de mensajes verbales y no verbales. En relación a estas construcciones de género y matemática, un factor preponderante en su perpetuación son los padres y profesores, quienes representan las mayores influencias ambientales en el desarrollo de los niños, siendo centrales en la formación de actitudes dirigidas a lo académico (Gunderson et al., 2011; Tiedemann, 2000b).

Pese a los progresos en cerrar o acortar las brechas de género en la escolaridad y acceso a educación superior, estos estereotipos provocan un gran efecto en el desempeño académico. Trasladando estos aspectos al famoso cartel de Baltazar, su contenido tiene una mirada profundamente discriminadora y machista porque una polola "tonta" es la que no sabe matemáticas, siendo relegada y discriminada por un otro debido a su intelecto asociado al género.

Sumado a ello, carece de total sentido y crea una visión miope de la realidad entender que la inteligencia se asocie a resoluciones matemáticas, sin abarcar todas las dimensiones y saberes que deben existir en esta construcción tan amplia.

Otro aspecto que me llama la atención es la forma en que este cartel comprende las relaciones, categorizando a un individuo como inteligente porque puede resolver un ejercicio matemático. En los lazos que el ser humano crea a lo largo de su vida deben primar los afectos y conexiones más profundas porque los vínculos no se basan en el intelecto de las personas.

Tal vez la intención de este joven fue llamar la atención, ser popular, tener más likes y followers en sus cuentas personales, más que legítimamente encontrar el amor a través de un ejercicio matemático. Sin embargo, el repudio causado en Redes Sociales exhibe que estos tiempos que vivimos, muy interesantes por lo demás, cualquier brote de discriminación hacia las mujeres enciende las alertas en la sociedad.

Y si somos capaces de ver más allá, tal vez la acción de Baltazar no sea una consecuencia legítima de la cuarentena en la forma que se construyen las relaciones humanas, sino que puede producir un efecto revolucionario en cómo hacemos las cosas para generar cambios desde la infancia temprana, donde padres y profesores abran el mundo a niñas y niños, ampliando sus horizontes y dejando de ser reduccionistas en catalogar la inteligencia en un área específica de conocimiento.