Un espiral de silencio: Los Ataques y crímenes de lesbo-odio que la justicia ignora

Un espiral de silencio: Los Ataques y crímenes de lesbo-odio que la justicia ignora

06 Agosto 2020

Cabe destacar que el último reporte de Derechos Humanos del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) mostró que las denuncias por homofobia y transfobia aumentaron en un 58% en 2019. 

Piangella Obrador >
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El 2 de agosto se cumplieron tres años de la muerte de Anna Cook, DJ chilena de 26 años que fue violada y asesinada en circunstancias que aún no se esclarecen. La joven fue agredida sexualmente en la casa donde arrendaba una habitación y posteriormente encontrada sin vida con marcas en su cuerpo. Su madre trabaja arduamente en la búsqueda de los responsables de este brutal crimen, quienes permanecen en anonimato e impunidad, sin obtener aún respuestas claras de la justicia ni tampoco de los involucrados sobre lo ocurrido esa noche.

El cuerpo de la diseñadora gráfica fue encontrado con rastros de semen en su boca -Anna era lesbiana-, un moretón que comprende la mitad de su cuello y varias costillas rotas. Pese a todas las pruebas expuestas, la fiscal del caso resolvió que la causa de muerte fue una sobredosis sin participación de terceros.

ATAQUES Y CRÍMENES

Los ataques y crímenes de lesbo-odio son una realidad invisibilizada y común en nuestro país, Latinoamérica y el mundo. Lamentablemente, la violencia hacia las lesbianas siempre ha sido carente de protección legal mínima, dejando a sus víctimas en total indefensión y con causas archivadas.

Otra realidad que atraviesan todos los casos de violencia contra las personas LGTBIQ en el territorio iberoamericano es el ensañamiento, ya que las estadísticas y análisis apuntan que los cadáveres encontrados suelen estar quemados, torturados, atados, mutilados, o violados. Este tipo de acciones demuestran que no se busca simplemente eliminar ese cuerpo, sino que se hace desde la ira, rabia y violencia desmedida.

Recordemos el crimen impune de la artista y escultora lésbica Mónica Briones Puccio en 1984 y a  María Pía Castro de 19 años, quien en 2008 fue encontrada calcinada en Limache, cuyo caso se cerró hace diez años sin encontrar al culpable. No olvidemos tampoco que en 2016 un hombre secuestró y asesinó a Nicole Saavedra, de 23 años, quien fue hallada días después con signos de tortura y violencia sexual. Un año después, en San Felipe, Susana Sanhueza de 22 años también fue asesinada. En 2019 a Carolina Torres, de 24 años, la golpearon con un palo, en el suelo y directo en su cabeza mientras caminaba de la mano junto a su pareja en la comuna de Pudahuel. Todas mantenían un común denominador: Ser lesbianas y que en sus ataques exista excesiva violencia, crueldad e implacable silencio por parte de la justicia.

LEY GABRIELA

Pese a que la Ley Gabriela promulgada este 2020 amplía el femicidio e incluye en esta tipificación del delito a las relaciones de noviazgo y pololeo, además de contabilizar estos crímenes por razones de género, existe un vacío legal respecto a los delitos que sufren las lesbianas por el hecho de serlo como es la violación correctiva, un tipo de violencia sexual que busca "corregir" su orientación sexual por medio de un un acto sexual sin consentimiento.

Si bien en Chile no existen cifras de esta práctica al quedar en el ámbito general del delito de violación, es un problema a nivel global, ya que son varios los países que han denunciado esta práctica. Uno de los casos más bullados es el de Eva Analía Dejesús, "Higui", en Argentina, quien pasó siete meses encarcelada por matar a uno de los hombres que quiso violarla para "curarla", en 2017. También, fue utilizado en las polémicas clínicas de "deshomosexualización", a cargo de evangélicos, en Ecuador. Perú, por su parte, fue uno de los países donde se destaparon los primeros casos: hay testimonios que datan, al menos, desde 2005.

Asimismo, las investigaciones sobre este tipo de violaciones presentan elementos que entorpecen el desarrollo del proceso judicial, por lo que este tipo de abuso debe situarse en una categoría jurídica o específica, provocando invisibilización y desprotección a sus víctimas. El que no exista registros o estadísticas de estos ataques, causa desconocimiento y deja estacada la promoción de políticas públicas para erradicar este tipo de violencia.

REPORTE DE DERECHOS HUMANOS

Cabe destacar que el último reporte de Derechos Humanos del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) mostró que las denuncias por homofobia y transfobia aumentaron en un 58% en 2019. De los 1.103 casos reportados, el 14,4% correspondió a violencia hacia las lesbianas. Otro estudio de Rompiendo el Silencio, realizado a 450 lesbianas y bisexuales en 2018, reveló que el 70% fue acosada por su orientación sexual.

La lucha contra el silencio se alinean con la multiplicidad de desafíos por el reconocimiento y la justicia a los ataques y crímenes de lesbo-odio. Un Estado más robusto y el rol del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, deben poner en la palestra una agenda activa que promueva una cultura de respeto por la diversidad. A ello, se suma la producción de información estadística sobre violencia en razón de la orientación sexual e identidad de género, acción que será vital para la formulación de políticas eficientes que exhiban la violencia que viven lesbianas, gays, bisexuales y personas trans.

El trabajo debe ser incansable hacia la búsqueda de justicia en torno a los ataques y crímenes de lesbo-odio para que esta violencia y crueldad ejercida no permanezca en el olvido ni menos en un manto de impunidad. Como sociedad tenemos el gran desafío de sacar de nuestras conductas la discriminación hacia una orientación sexual diferente y dejar atrás la invisibilización histórica que aún viven las mujeres lesbianas en el ámbito personal, social y cultural en Chile.