La independencia de una persona la hace decidir según su conciencia. Por lo que esta decisión, que puedo compartir o no, es solamente suya y no tiene nada que ver con su labor de alcaldesa (situación que apoyo plenamente).
Hay que ser objetivos, la persona Marcela Hernando tiene el derecho de elegir al igual como nosotros. Por ello, tranquilos, la ciudad sigue en muy buenas manos; en diciembre son otros los actores y nada? todo igual.
Ahora, los epítetos de ?el observador? rayan la estupidez y grosería. Se puede entender la frustración de un poca cosa, pero de ahí a extrapolar su odio a una persona que cuenta con el respaldo popular; a diez meses de iniciada una gestión de la que se ha tenido que ocupar principalmente para ordenar el desaguisado de los alcaldes anteriores?. Me parece de una falta de criterio absurdo.
Como todo proceso social, las oscilaciones en las muestras de apoyo y rechazo a una figura pública se manifiestan en las elecciones (para los que tienen el espíritu democrático); hacerlo de otra manera es anarquía o falta de consecuencia. Pero deben ser respetadas, a pesar del gusto o percepción que se tengan de ella.
La independencia de una
La independencia de una persona la hace decidir según su conciencia. Por lo que esta decisión, que puedo compartir o no, es solamente suya y no tiene nada que ver con su labor de alcaldesa (situación que apoyo plenamente).
Hay que ser objetivos, la persona Marcela Hernando tiene el derecho de elegir al igual como nosotros. Por ello, tranquilos, la ciudad sigue en muy buenas manos; en diciembre son otros los actores y nada? todo igual.
Ahora, los epítetos de ?el observador? rayan la estupidez y grosería. Se puede entender la frustración de un poca cosa, pero de ahí a extrapolar su odio a una persona que cuenta con el respaldo popular; a diez meses de iniciada una gestión de la que se ha tenido que ocupar principalmente para ordenar el desaguisado de los alcaldes anteriores?. Me parece de una falta de criterio absurdo.
Como todo proceso social, las oscilaciones en las muestras de apoyo y rechazo a una figura pública se manifiestan en las elecciones (para los que tienen el espíritu democrático); hacerlo de otra manera es anarquía o falta de consecuencia. Pero deben ser respetadas, a pesar del gusto o percepción que se tengan de ella.