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Amigos hoy quise rescatar un

Amigos hoy quise rescatar un articulo que tiene fecha del 27 de Abril de este año, no se si el autor tiene una bola de cristal para predecir el futuro, pero si lo leimos nos damos cuenta de que que todo el mundo quiere participar en la farandula politica y nuestra alcaldesa no quiere quedarse fuera y también quiere subirse al carro de la victoria, ojala no se equivoque de carro porque despues se pasan la cuenta y creo que ella lo tiene bien claro. Personalmente este articulo me hizo pensar bastante y le encontré toda la razón a este caballero que no lo he visto salir mas en "El Nortero" espero que leer pronto algo de el. En todo caso cada uno es libre de estar con quien quiera en estas elecciones, pero yo jamas estaré con Frei o Piñera.

El acomodo de la Concertación con el orden existente, la identificación de la derecha con la represión en el pasado y el rechazo del mundo independiente con los jóvenes al sistema educacional, hoy a la LOCE, las pérdidas de las AFPs donde miles de trabajadores perdieron millones y millones de pesos, obligándolos a seguir en sistema previsional que no es de su agrado, la escasa y nula posibilidad por la acción de que un grupo de derecha no deje que el estado vuelva a administrar los fondos previsionales, que asegure un bienestar mas solido para la tercera edad y al actual sistema político, han puesto en cuestión, por primera, desde el retorno a la democracia, la posibilidad de la alternancia para olvidarse de los que han monopolizado la vida política.

Se ve que no hay mucha diferencia entre el gobierno de turno y la derecha (solo algunos se salvan), donde se muestra una política más de negocio, donde los poderes fácticos no vean amenazados sus intereses.

Durante el siglo pasado, hubo buenos gobernantes que fueron determinante en la democratización y modernización del país, que aportaron vigorosamente en la ampliación de los derechos políticos y sociales, la educación no confesional, la recuperación de las riquezas básicas, el derecho de las mujeres a su vida reproductiva, la recuperación de la tierra para quienes la trabajan, un Estado promotor de la actividad económica, la diversidad cultural y el fomento de la organización y participación ciudadana.

Comienza a generarse un nuevo espacio para la emergencia política regional y nacional, donde los nuevos y viejos actores de la farándula, quienes de alguna forma pretenden atraer a aquel independiente y también al militante concertacionista, que está demostrando su descontento con la campaña presidencial al no tener un candidato que le de confianza y reúna las expectativas ideales, que asuma un compromiso solido de proyecto de futuro no conservador, que refleje calidad de vida y pueda ser un buen gobernante.

Necesitamos una fuerza que sea capaz de transformar la institucionalidad existente y que sea creíble. Y lo más importante es la participación de las grandes mayorías y minorías, los que sufren de la exclusión política, las desigualdades sociales y la desprotección frente al mercado. No con antiguos asesores de Buchi que hoy son especialistas de la farándula. Ni menos con activos personajes concertacionistas que se acuerdan de la izquierda sólo cuando tienen que negociarla y que se dicen hoy progresistas aceptando una política de libre mercado y que en realidad sirve solo para generar incertidumbre económica en los chilenos y siguen protegiendo sus recobros e intereses personales.

Hoy no hay espacio para esos políticos, el mundo ciudadano quiere caras nuevas, gente nueva y a aquellos que aún sus corazones no están corroídos por el afán de poder.

La recuperación de la democracia y los diecinueve años de gobiernos de la Concertación no modificaron las bases fundacionales que impuso el gobierno militar. Ello explica la ampliación del número de descontentos que no se cansan de repetir que todos los políticos son iguales. Y permite comprender también a esa mitad de ciudadanos que progresivamente han renunciado a participar en los eventos electorales, y también a aquellos militantes que en su privacidad del pensamiento están iniciando un éxodo hacia corrientes más socialistas y que en el momento de acudir a las urnas expresaran su descontento con los actuales administradores.

La multitud no es tonta y sabe distinguir entre la retórica y las convicciones. Sabe diferenciar entre una idea publicitaria y un proyecto político. Tampoco va a creer en lo nuevo si son los mismos camaleones que ya están adentro.

Es difícil desafiar el orden existente con un gobierno de la concertación y su política neoliberal o con un gobierno de derecha que propicia casi de lo mismo, porque eso obliga a comprometerse por derogar la constitución que es antidemocrática, reemplazar el sistema electoral excluyente y avanzar con éxito hacia un nuevo modelo de desarrollo nacional donde las necesidades primordiales de los chilenos serían predominantes, donde los elementos de primera necesidad y también aquellos que son estratégicamente importantes para la seguridad del país sean controlados por el estado.

Pero no basta con declararse y estar por el cambio como fue en un principio y luego acomodarse e enquistarse en el orden existente. Para algunos o muchos, ha llegado la hora de tomar definiciones y decidir si están en un proyecto colectivo que beneficie realmente a los chilenos o seguir creyendo en los que están dentro de la farándula.

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