Quiero invitarlos a viajar por escrito, para luego viajar de verdad por nuestra Región de Antofagasta. La diversidad brilla por su presencia, y quiero compartirla con Uds. Hoy: El Observatorio Paranal.
Mi viaje comienza debido a que un día viendo un programa en el cable sobre el universo y observatorios del mundo, me dije "¡qué alucinante, acá también tenemos uno! Está a 130 kms. al sur de Antofagasta y es el más importante a nivel mundial, dado que su ubicación en el desierto más árido del mundo, otorga la visión más nítida del mundo también.
Nuestra región, privilegiada por su clima y sus inigualables condiciones atmosféricas, prácticamente tiene su cielo despejado la mayoría del año. Sí, Paranal está bastante alejado, ¿cómo llego allá?, ¿cómo entro al lugar? Empecé averiguar en Internet y encontré como poder hacerlo.
Primero que todo, hay que ponerse en contacto con Paranal para pedir un pase de entrada. Anoten, el email es: [email protected] [6] y el teléfono es el 055-435335 (información obtenido de la página web [7]). Lo óptimo es planificar el viaje, pues las visitas al Observatorio Paranal siempre están copadas. El permiso hay que pedirlo, por lo menos, con un mes de anticipación, porque la demanda nacional e internacional es intensa. Es que sólo está permitido hacerlo el último fin de semana de cada mes.
Nuestro viaje empezará de Antofagasta a Taltal, un viernes a las 19:30 hrs. En total, 4 hrs. de viaje pasando por Paposo y varias mineras poco conocidas como Montecristo y Doña Julia. En Taltal pasaremos la noche en la Hostal del mismo nombre, al borde de la costa, para luego emprender nuestro camino al cielo, al espacio, Paranal.
Sábado por la mañana, estamos con el guía que contactamos en la misma Hostal y que nos llevará rumbo a Paranal. Atención, antes hay que tener provisiones y tener mucho líquido, ya que estaremos en desierto más seco y el sol y el viento son implacables.
En el trayecto paramos en medio del camino para contemplar el paisaje entre Taltal y Paposo. En ese lugar podemos apreciar una flora y fauna desértica con vista a la costa.
Seguiremos nuestro camino y llegamos a Caleta Paposo, un sitio con historia, pues era el antiguo límite entre Chile y Bolivia. Allí donde todavía esta el monolito que demarcaba la frontera. Además es un punto de pasada para poder subir por un acantilado, donde empezaremos entrar a una quebrada súper transitada por camiones de alto tonelaje, debido que es el trayecto a las mineras del lugar. Su camino es polvoroso, por lo que hay que tener mucho cuidado, manteniendo las luces encendidas debido a la gran cantidad de polvo en suspensión, que deja a veces con nula visibilidad. Pero es por pocos kilómetros, ya que más adelante está pavimentado y en buen estado; se trata del camino pavimentado que une Antofagasta y Taltal por la costa.
Seguimos por la ruta ascendiendo a más de los 1.000 mts. Debido a esto, el desierto empieza a tomar sus tonos hermosos en sus cerros. Un paisaje realmente mágico, ideal para tomar fotografías y contemplar el lugar. El clima es ventoso y helado, lo que nos deja en claro que estamos en altura.
Bueno, así llegamos al Observatorio Paranal. El entorno es fantástico. Hay que bajarse para así entrar a la garita de seguridad, donde debemos llenar un formulario y esperar un momento, por la cantidad de personas que llegan en autos particulares y buses interprovinciales y extranjeros. Noté esto, puesto que al preguntar, la mayoría de los visitantes así me lo confirmaron. De hecho, nadie era de Antofagasta.
Esperamos hasta que llegue el vehículo guía para que podamos entrar. Primero nos dan una charla y nos pasan un video sobre los comienzos de la construcción del observatorio. Posteriormente, tenemos una visión del lugar para después trasladarnos al hotel subterráneo donde duermen, comen y se relajan los astrónomos. Su estructura es muy interesante, ya que tiene también una piscina en el interior y un jardín botánico.
Después del recorrido nos trasladamos a los observatorios que están a los 2.600 mts. sobre el nivel del mar. La vista paronámica del lugar es sencillamente espectacular, mostrando todo su entorno maravilloso.
Su recorrido comienza en la base del Observatorio para que después entremos a uno de ellos. Caminamos por unos laberintos hasta llegar a la parte principal: el ojo del telescopio, uno de los espejos que obtienen las imágenes del espacio.
El recorrido es muy interesante y explicativo sobre el lugar. Con varias horas de tours, comenzamos a preparar nuestro retorno hacia Taltal. Como bajas los 2.600 metros a 0 en 45 minutos aproximadamente, se aconseja de bajar lento, pues si se desciende rápido, uno puede tener dolor de cabeza o cansancio.
Bueno, después de un buen viaje hay que cenar, y yo recomiendo el restaurant Club Taltal, en la calle Torre Blanca. Allí sirven buenos platos típicos en una infractructura de más de 100 años. Un lujo.
Enseguida, una de dos, o disfruta la noche o va descansar. Al día siguiente aprovecho de recorrer el centro y sus alrededores, antes de volver a Antofagasta. Hasta la próxima.
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