Historias de un día de pago en San Pedro de Atacama

Historias de un día de pago en San Pedro de Atacama

20 Junio 2012

Historias de vida, de esos días que el IPS sale a pagar las pensiones por los pueblos rurales, como San Pedro de Atacama y localidades del interior de la Región de Antofagasta.

Anibal Reyes >
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Don  Manuel Corante, tiene 98 años y vive en San Pedro de Atacama. Para los días del pago rural de pensiones se sienta a las afuera del viejo edificio de paredes blancas y aprovecha de hacer gala de su memoria privilegiada con quien quiera conversar con él.

La esquina del frente es el lugar para las cajas con naranjas, peras, ajos de Río Grande y un tipo de  papas que raras veces se ven en la ciudad. Es un buen día para vender son varios cientos  de  pensionados los que se dan cita en el lugar.

Los pagos comienzan a las 8 de la mañana, pero la gente empieza a llegar a contar de las 7 . La espera pareciera innecesaria, pero cobrar la pensión es sólo parte de una dinámica que, con los años, ya parece un ritual. Es el momento de ponerse al día con las noticias de amigos y parientes, comentar el clima y hablar de los cultivos o los animales.

Otro grupo de personas que llegan temprano, antes que la cajas pagadores, son cuatro mujeres que todos los meses obsequian su tiempo y recursos para preparar un desayuno con gusto a campo. Un enorme tazón de café o téacompañado de sopaipillas recién fritas es el acompañante ideal para las frías mañanas del desierto precordillerano.

Todo la mañana transcurre con una tranquilidad contagiosa. Las cajeras y encargados del pago se dan el tiempo de preguntarle algunas cosas a los pensionados e intercambiar sonrisas.

Las cosas han mejorado, dice don Manuel Corante, antes era complicado cobrar la pensión y lo mejor era ir hasta la vecina Calama. Ahora uno espera en el pueblo tranquilamente a que le paguen, comenta.

Para Roger Barraza, director del IPS ( entidad encargada de entregar este beneficio), San Pedro es uno de los tantos rincones más apartados del país hasta donde llegan con el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas. Nuestra filosofía es que el Estado llegue a las personas y no que las personas tengan que realizar grandes esfuerzos para recibir sus derechos.